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Contribution of Communist Party of the Workers of Spain

Date:
Apr 16, 2024

On the situation of workers’ rights in Europeand the experiences of thecommunists’ struggle

 

Dear comrades,

European capitalism finds itself in a challenging scenario of economic slowdown. Despite massive injections of public money during the pandemic, which represented a clear case of wealth transfer from labor to private hands, the difficulties of accumulation are once again becoming evident. It is from an understanding of this scenario that communists must prepare for the threats looming over the lives of workers on our continent: imperialist war and increase exploitation.

Both threats must be understood together, as war will undoubtedly have consequences on the direct and indirect wages of workers. In addition to the direct consequences regarding the risk of a generalization of war confrontation. Regarding the devaluation of labor force, European monopolies, through their political managers, seek to improve yield in the face of declining competitiveness against powers like the US or China. The digital transition and the “flexicurity” strategy contribute to this line. The goal is clear: fewer workers to exploit more.

In the particular case of our country, capital's spokespeople have been complaining for decades about the <<stiffness>> of the Spanish labor market, meaning the obstacle to their accumulation needs represented by the conquests of the labor movement. Since the capitalist crisis of 2008, governmental efforts, through various labor reforms, have focused on this line. The lowering of dismissal costs and the promotion of temporality were the clearest measures in this regard. The labor reform of the current social-democratic government did not depart from this line, but dressed it up as promoting labor "stability." In addition to not modifying the dismissal cost, the focus of this recent labor reform was on a new type of contract: the discontinuous permanent contract. Through this contract, the mobility of new employment is consecrated, as workers are considered "permanent" even though they only work during specific cycles for their employer, and unemployment figures are statistically disguised. The flexicurity model allows capitalists to use labor perfectly tailored to each situation.

In addition, real wages of workers have lost 12.8% of purchasing power since the 2008 crisis. Wage increases have been below the accumulated inflation over the past 14 years. In their investiture agreement, however, the PSOE (socialist party) and SUMAR agreed to link future wage increases to productivity growth, unlinking them from the inflation rates. This change further subordinates the conditions of workers to the accumulation needs of employers. This is without mentioning the amount of informality and labor fraud existing: in the last decade, 48% of the overtime worked by Spanish workers was not paid.

This scenario means that there are increasingly more workers, particularly among the youth, who do not have assurances, not even to reproduce their labor power, facing difficulties in accessing basic products and services. For example, one in five under 30 in Spain is in poverty or at risk of exclusion despite having a job

Therefore, it becomes obvious that the increase in the rate exploitation, through different ways, is a constant in the social democratic policy. However, the leadership of the main trade unions in Spain actively collaborates in the implementation and achievement of such policy, hindering any possibility of a certain generalisation of union struggle. The corporatization of the unions is reaching new heights throug the participation of the new social democratic government, particularly through its control of the Ministry of Labour.

Facing this, the communists strengthen our intervention in the workplaces through the deepening and application of the "workers' shift" strategy. This strategy of our party aims to retrieve the positions lost in the workers’ movement and trade unions due to the Eurocommunist reformist approach. The priority intervention in the productive sphere, using all available platforms and means to access the broad mass of wage workers, is a key factor to allow the forces of the workers’ movement to be progressively recomposing of workers movement and directing towards class combativity and the revolutionary horizon.

This priority orientation has its organizational coverage in the recovery of grassroots organizations in productive centers, and also in the definition of specific strategies towards the different strategic economic sectors. The organization in the productive sphere guarantees the proletarian hegemony of party action and is a key element in the "bolshevization" process of the communist parties. This process is already yielding us the first results in sectors such as transportation or education.

Many of the elements highlighted here are transversal to all workers in Europe. Therefore, we would like to conclude this contribution by proposing to the rest of the parties that are members of the European Communist Action the launch of a joint campaign in the context of European elections with the slogan: "Workers of Europe, rise up!". This campaign should call for the organization and struggle of the working class against the crisis and war scenario that is coming close.

Thank you very much, comrades

 

La situación de los derechos de los trabajadores en Europa y las experiencias de lucha de los comunistas

 

Queridos, camaradas:

El capitalismo europeo se encuentra ante un difícil escenario de ralentización económica. A pesar de las enormes inyecciones de dinero público durante la pandemia, en lo que representó un caso claro de transferencias de rentas del trabajo a manos privadas, hoy se hacen evidentes de nuevo sus dificultades de acumulación. Desde la comprensión de este escenario los comunistas debemos prepararnos para las amenazas que se ciernen sobre la vida de los trabajadores de nuestro continente: la guerra imperialista y el aumento de la explotación.

Ambas amenazas deben entenderse conjuntamente, pues la guerra tendrá también indudables consecuencias sobre el salario, directo e indirecto, de los trabajadores. Además de las consecuencias directas ante el riesgo de generalización de la confrontación bélica. En lo referente a la desvalorización de la fuerza de trabajo, los monopolios europeos, a través de sus gestores políticos, buscan mejorar su productividad frente a la pérdida de competitividad ante potencias como EEUU o China. La transición digital y la estrategia de la flexiseguridad inciden en esta línea. El objetivo es claro: menos trabajadores a los que explotar más.

En el caso particular de nuestro país, los voceros del capital llevan décadas quejándose de la «rigidez» del mercado laboral español, esto es, del freno para sus necesidades de acumulación que significan las conquistas del movimiento obrero. Desde la crisis capitalista de 2008, los esfuerzos gubernamentales, a través de las distintas reformas laborales, han incidido en esta línea. El abaratamiento del coste de despido y la promoción de la temporalidad fueron las medidas más claras en este sentido. La reforma laboral del actual gobierno socialdemócrata no se desmarcó de esta línea, pero la revistió de promoción de la «estabilidad» laboral. Además de no modificar el coste de despido, el foco se puso en una nueva tipología de contrato: el fijo discontinuo. A través de este contrato se consagra la movilidad del nuevo empleo, pues se considera a los trabajadores «fijos» a pesar de que solo trabajen durante ciclos específicos para su empleador, y se maquillan estadísticamente las cifras del paro. El modelo de la flexiseguridad permite una utilización de la mano de obra por los capitalistas perfectamente ajustada a cada coyuntura.

A esto debemos sumar que los salarios reales de los trabajadores han perdido desde la crisis de 2008 un 12’8% de poder adquisitivo. Las subidas salariales que se han ido produciendo están por tanto por debajo de la inflación acumulada en los últimos 14 años. En su acuerdo de investidura el PSOE y SUMAR acordaban vincular las próximas subidas salariales al aumento de la productividad, desvinculándolas de los índices de inflación, Este cambio supone subordinar aún más las condiciones materiales de los trabajadores y trabajadoras a las necesidades de acumulación de los patrones. Esto sin entrar en la cantidad de informalidad y fraude laboral existente: en la última década, el 48% de las horas extras realizadas por trabajadores españoles no fueron remuneradas.

Este escenario supone que haya cada vez más trabajadores que no tengan garantías, ni si quiera, para reproducir su fuerza de trabajo, encontrando dificultades para acceder a productos y servicios básicos. Por ejemplo, uno de cada cinco menores de 30 años en España se encuentra en pobreza o riesgo de exclusión aun a pesar de tener un empleo.

Se hace patente que el aumento de la tasa de explotación, a través de diversas y variadas formas, es una realidad de la política socialdemócrata. Sin embargo, las cúpulas de las principales centrales sindicales de España colaboran activamente en la aplicación y definición de dicha política, topando o canalizando toda posibilidad de cierta generalización de la lucha sindical. La corporativización de los principales sindicatos está alcanzado nuevas cotas a través de la participación de la nueva socialdemocracia en el Gobierno, particularmente a través de su control del Ministerio de Trabajo.

Frente a esto, los comunistas reforzamos nuestra intervención en los centros de trabajo a través de la profundización y aplicación de la política del «giro obrero». Esta política de nuestro partido busca recuperar las posiciones perdidas en el movimiento obrero y sindical como consecuencia de la estrategia reformista eurocomunista. La intervención prioritaria en el ámbito productivo, utilizando todas las plataformas y medios disponibles para acceder a la amplia masa de asalariados, es un factor clave para permitir recomponer progresivamente las fuerzas del movimiento obrero y orientarlas hacia la combatividad clasista y el horizonte revolucionario.

Esta orientación prioritaria tiene su cobertura organizativa en la recuperación de las organizaciones de base en los núcleos productivos, y en la definición de estrategias específicas hacia los distintos sectores económicos estratégicos. La organización en el ámbito productivo garantiza la hegemonía proletaria de la acción partidaria y es un elemento clave en el proceso de «bolchevización» de los partidos comunistas. Este proceso ya va dándonos los primeros resultados en sectores como el del transporte o la enseñanza.

Muchos de los elementos señalados aquí son transversales a todos los trabajadores de Europa. Por ello, quisiéramos finalizar esta contribución proponiendo al resto de partidos que conforman la Acción Comunista Europea el lanzamiento de una campaña conjunta ante el escenario de elecciones europeas que lleve por lema: «Workers of Europe, rise up!»; y que llame a la organización y la lucha de la clase obrera frente al escenario de crisis y guerra que se avecina.

Muchas gracias, camaradas